Al igual que con el caso de Zheng Wenguang, que había
escrito obras de gran popularidad en la década del 50, y que, durante la
Revolución Cultural (1966-1976), debió dejar de publicar sus libros a causa de
la censura, mucha de la literatura no revolucionaria dejó de publicarse en las
décadas del 60 y 70. Fue recién con el Congreso Nacional de Ciencias de 1978
que la actitud del gobierno chino cambió y se produjo un mayor acercamiento al
ámbito de la ciencia popular y su divulgación. El resurgimiento del género estaría marcado
por el libro de Ye Yonglie, Los viajes al futuro de Xiao (1978).
El libro de Ye Yonglie nos muestra los viajes de Xiao Huzi, Xiaoyan y el robot
Tie Dan y nos presenta aplicaciones de alta tecnología, visionarias para la
época, como aerodeslizadores, autos voladores, órganos artificiales, películas
de pantalla circular, lluvia artificial, teléfonos móviles visuales, tarjetas
de crédito, cultivo sin suelo, robots que escriben.
Zheng Wenguang, por su parte, fue rehabilitado tras la muerte de Mao,
escribiendo novelas como Feixiang Renmazuo (Adelante de Sagitario)
(1979), que nos relata una historia en donde el espionaje de la Guerra Fría motiva
que el lanzamiento de la primera nave espacial china sea adelantado. El rumbo
original de la nave se ve modificado y la tripulación, se las ingenia para
aprovechar la energía de un Agujero Negro y así volver a la Tierra.
Pero el entusiasmo por el género no duró mucho. Durante
la “Campaña contra la Contaminación Espiritual” (1983–1984), la ciencia ficción
fue señalada por algunos miembros del gobierno como «contaminación
espiritual» y su publicación fue una vez más prohibida. Sería recién en
los años 90 cuando el gobierno chino, buscando el rejuvenecimiento científico y
tecnológico del país, comenzó una campana favorable a este tipo de textos. Hacia
fines de la década del 80, surgirá una nueva generación de escritores de
ciencia ficción entre los que destaca Liu Cixin, quien ha sido llamado el
primer autor chino de ciberpunk. Su famosa obra El problema de los Tres Cuerpos
(2007) se presenta como el primer volumen de la trilogía Recuerdos del Pasado de la
Tierra.
El problema de los Tres
Cuerpos comienza en épocas de la Revolución Cultural de China, cuando
los académicos son procesados por promover la ciencia y enseñarla a los
estudiantes. En este clima político, Ye Wenjie, la joven hija de un profesor de
física es testigo de cómo su padre es golpeado hasta la muerte por fanáticos.
Tras una serie de peripecias, Wenjie, que también es astrofísica y que ha
quedado muy resentida por la muerte de su padre, termina en un laboratorio
secreto donde la China está llevando a cabo un programa también secreto de
búsqueda extraterrestre. Un día, mientras observa a través de su telescopio
astronómico, descubre, casi por casualidad, un mensaje claro de inteligencia
extraterrestre. Entonces se enfrenta con un dilema: ¿puede pedir ayuda a los
extraterrestres sabiendo que esto puede llevar a ayudarlos a conquistar la Tierra?
Por otra parte, se nos presenta el planeta Trisolaris (un planeta de tres soles
ubicado en la constelación de Alfa Centaury) donde la inestabilidad de la
órbita hace que sus civilizaciones recurrentemente sean destruidas. Los
científicos de Trisolaris buscan otro planeta que habitar y huyen del suyo. En
este proceso, han enviado a la Tierra a los sophons, partículas que les
permiten espiar a los terrestres, ya que la Tierra ha sido el planeta elegido
para la invasión.
En el texto de Liu Cixin aparecen sociedades secretas, lecciones sobre la
historia china, una serie de teorías físicas (una de las cuales, evidentemente,
el “problema de los tres cuerpos”).